Prensas antiguas y prensas modernas. ¿En qué se diferencian?




Las prensas y tórculos de hace cien años que todavía vemos en algunos talleres o en los anticuarios generalmente cuentan con estructuras constructivas de gruesos calibres y piezas que a simple vista demuestran anchos y pesos considerables, a diferencia de las máquinas modernas que en general están fabricadas con materiales metálicos más delgados y sin las mismas estructuras que hacen tan graciosas y cotizadas las prensas antiguas. ¿Por qué esto?

Básicamente, además de que los métodos constructivos han cambiado a lo largo del tiempo se debe principalmente por el material con el que están construidas y que por sus características técnicas, capacidad y resistencia determinan a fondo el aspecto final de las máquinas.


El hierro.

Las prensas antiguas por lo común eran fabricadas con métodos de fundición en hierro colado o hierro fundido. El mismo material y la misma técnica con que están hechos desde el techo de la Estación Central, el mercado central o la estación Mapocho. La construcción de piezas de fundición tuvo su auge durante el siglo XIX y se utilizó en la industria para todo tipo de productos.

El hierro o hierro gris es una aleación común en la ingeniería debido a su relativo bajo costo y buena resistencia al desgaste. La fundición posee una rotura frágil, es decir, no es dúctil, por lo que no presenta deformaciones permanentes importantes antes de llevarla a su tensión de rotura: no es tenaz. Al tener una alta tensión de rotura, pero baja ductilidad, tiene mucha resiliencia, es decir, capacidad de absorber trabajo en el período elástico o de deformaciones no permanentes. Comparada con otras aleaciones de hierro modernas, el hierro gris tiene una baja resistencia a la tracción por lo tanto su resistencia al impacto es casi inexistente y se puede romper con golpes fuertes siendo esta la principal razón de que las piezas sean gruesas y de hechura monólitica para garantizar la resistencia y la durabilidad.

Grandes prensas de impresión como los tórculos Krause no poseen rodamientos de ningún tipo y la rodadura se basa en arrastre de hierro contra hierro. Una característica especial de este material consiste en su alto contenido de grafito, el cual es de por sí lubricante lo que el simple contacto entre una y otra pieza garantizan una rodadura adecuada para un trabajo bajo como el que realiza una prensa de este tipo con desgaste mínimo. De hecho, estas grandes máquinas aún funcionan y son ampliamente cotizadas por aquellos que las poseen pues doscientos años después siguen funcionando de manera impecable y con casi ninguna mantención.

El acero.

Desde el momento en que se normaliza la fabricación de acero y su expendio comercial en forma de perfiles, barras, planchas y vigas se obtiene un repertorio de elementos para la construcción y fabricación que está disponible en el mercado y al alcance de todos. A diferencia del hierro, el acero es tenaz, capaz de mantener su forma bajo grandes esfuerzos y en caso de deformación no se quiebra fácilmente, lo que lo ha convertido en el material ferroso por excelencia para todo uso.

El acero después de fundido se lamina para obtener las formas en que lo podemos encontrar. Por su constitución cubre ampliamente y supera los estándares de resistencia del hierro de fundición por lo que cuando se trata de máquinas u objetos fabricados en acero ya no se hace necesario que las piezas sean tan gruesas como sucedía con el hierro fundido. Su resistencia como material es infinitamente superior y su uso correcto corresponde más a un criterio de diseño y funcionalidad que a uno que busque resistencia porque de por sí, está cualidad ya es inherente al material empleado.

Con el acero podemos decir que "menos es más" No se justifican ya grandes piezas o grosores exagerados que solo agregan peso y aumentan los costos de una prensa. No sobra decir tampoco que su buen uso también depende de factores técnicos y cálculos que justifiquen el empleo de sus diversas presentaciones, cuando y para qué pero es bueno tener en cuenta que por el material en sí mismo, hoy una plancha de 10mm de grosor utilizada correctamente realiza el mismo trabajo de una de hierro fundido por muy gruesa que esta sea.

En el fondo todo se limitará a la "buena mano" y el ojo que tenga el fabricante que deberá incluir en sus diseños, no solo aquello que hará que su máquina sea buena y funcione bien si no también, y muy importante, que sepa ofrecer un diseño armonioso y elegante, que inspire y agrade, llame a la creación y complemente la tarea para la cual están pensadas las prensas y tórculos de estampación.


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