Tips y trucos: Manivelas graduadas para regular la presión. ¿Sí o no?



Las manetas graduadas o manivelas graduadas son de gran utilidad en equipos industriales que requieran que por debajo del útil que "deja pasar" exista una distancia regular calibrada. En el caso de una prensa de grabado esto sería importante si supiéramos qué medidas tienen aquellos elementos que vamos a hacer pasar por entre los rodillos, lo que no es posible en un cien por ciento y menos necesario.

Imáginemos que para poder alcanzar una presión uniforme debiéramos conocer los grosores del material que prensaremos. Medir el grueso del fieltro, el papel, la plancha y la capa de tinta sería una tarea engorrosa, fustrante y bastante lenta. Eso sin contar que podría ser inútil porque ninguno de los antes mencionados tiene, a lo largo de toda su área el mismo grosor aunque a simple vista parezca que si.

¿Cómo lo hago entonces? Existe una técnica simple que es aquella que siempre se ha usado en los talleres de grabado y en las grandes máquinas de hierro colado que, si se han fijado alguna vez, ninguna tiene elementos de graduación para establecer el prensado. Los impresores simplemente contaban las vueltas de las manillas partiendo desde la altura estimativa que dan los elementos que al final intervendrán en la estampa. Ese "toque" del maestro que da la experiencia al final lo es todo.

Con la cama, la plancha en blanco (sin entintar), el papel final (Un pedazo de desecho para no ensuciar el definitivo de nuestra impresión) y el fieltro se coloca el rodillo encima. Contadas las vueltas necesarias desde el "cero" de la prensa (el "cero" es cuando el rodillo toca la pletina directamente) para ambos husillos y ya con el rodillo tocando lo que haremos pasar por debajo del mismo se procede a probar poco a poco moviendo la cama que está debajo del todo, tirando de ambos extremos de la misma hacía los lados. Allí donde que se mueva mucho ajustaremos un cuarto o media vuelta, según sea el caso.

¿Con esto estamos listos? No. Para el paso siguiente existen las llamadas "Pruebas de taller" diferentes a las "pruebas de artista" donde el creador ajusta color, entintado, matices o limpieza. Las primeras sirven para llevar la máquina "a fiel" y dejarla preparada para una edición de múltiples ejemplares.

Hacer una prueba de entintado, con lo difícil que es entintar una plancha de metal, solo para buscar la presión adecuada de la prensa es mucho trabajo pero es lo que debe hacerse. Aquí  entran los trucos; Con un papel similar al de la estampa final humedecido que haremos pasar cuando estamos ajustando las vueltas de los husillo podremos saber de mejor forma que tal está la presión en ambos lados de la máquina. También entintar dos franjas estrechas a cada extremo de la plancha nos servirá para dejar la máquina cercana a lo que necesitamos y que, sí o sí, solo las pruebas de artista pueden darnos.

Al final resulta al gusto de cada cual pero la mayor parte de las veces las manillas reguladas nos resultarán inútiles porque cada caso, a la hora de imprimir, será diferente. Por eso se puede prescindir de estos instrumentos que encarecen los equipos y al final no nos brindan una utilidad muy probada que digamos y matan en cierta forma la impronta artesanal y "de buena mano" que tiene el grabado.

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